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| Escudo Heráldico de Canena |
En 1975 el Ayuntamiento de Canena solicita al Gobierno la concesión de un escudo para la villa, del que ésta carecía.
Todo el expediente del mismo fue aprobado y firmado por D. Juan Carlos cuando fue jefe del estado en funciones por enfermedad del Generalísimo, por decreto 2871-1975 de 31 de octubre; fue el primer decreto firmado para Jaén por el entonces Príncipe de Asturias.
Boletín Oficial del Estado número 269 de fecha 10 de noviembre de 1975 el cual contiene el Decreto 2871/1975, de 31 de octubre, por el que se autoriza al Ayuntamiento de Canena, de la provincia de Jaén, para adoptar su escudo heráldico municipal
La descripción del mismo es la siguiente: medio partido y cortado: I cuartel: en campo de plata una cruz de Santiago de gules. II cuartel: en campo de plata, una cruz de Calatrava en gules. III cuartel: en campo azur cinco leones rampantes de oro, coronados de lo mismo, colocados en sotuer. Contorno español y timbre de corona real cerrada.
Boletín Oficial del Estado número 269 de fecha 10 de noviembre de 1975 el cual contiene el Decreto 2871/1975, de 31 de octubre, por el que se autoriza al Ayuntamiento de Canena, de la provincia de Jaén, para adoptar su escudo heráldico municipal
El escudo simboliza las distintas jurisdicciones que Canena ha tenido a lo largo de la historia. La primera partición representa, como es evidente, a la Orden Militar de Santiago que llegó a ostentar desde el siglo XIV un barrio en esta población dependiente de la alejada encomienda santiaguista de Bedmar-Albanchez.
El segundo cuartel alude igualmente a la jurisdicción que por los mismos tiempos gozaba la Orden Militar de Calatrava sobre una de las colaciones de Canena, adscrita a la encomienda calatraveña de Martos.
Finalmente, la última partición al completo se reserva a la armería del linaje de los Cobos, ya que D. Francisco de los Cobos y Molina, secretario del emperador Carlos V, a través de las enajenaciones que la corona realizó de los territorios de las órdenes militares a raíz de las autorizaciones dadas por el pontífice Paulo III en 1536, logró comprar la jurisdicción de Canena formando un extenso señorío, que junto a otros estados, fueron detentando tras su muerte por su esposa y descendientes, Los Marqueses de Camarasa.
Texto de Pedro Martínez García (Cronista Oficial de Canena). Canena, Crónica del Siglo XX, Volumen II
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