miércoles, 18 de octubre de 2017

Canena hace un Siglo. Una boda distinguida (II)

Hace ya seis meses que publiqué la primera parte sobre la boda de D. Juan Reyes Godoy y D.ª Ramona García López, en la que trataba sobre la boda y las familias de los contrayentes. Entonces prometí una segunda entrega, en la que me centraría en algunos aspectos de la vida de los caneneros en el primer tercio del siglo XX. Aunque me hubiera gustado publicarla antes, no lo he podido hacer hasta ahora. Además, por razones operativas, esta no va a ser la última entrega, sino que habrá una tercera, para no hacerlas muy extensas.

Antes de abordar el tema, quiero aclarar o corregir alguna información facilitada en la primera parte.

Al  hablar de la familia de la novia, decía que su madre, Ramona García López, tuvo una hija de su primer matrimonio con Silverio de la Presilla, y que enviudó, casándose  con Tomás Godoy Arza cuando tenía 23 o 24 años. En el Archivo Municipal, en los libros de defunciones del Registro Civil, he podido localizar el acta de defunción de Silverio de la Presilla Pérez. Murió el 21 de diciembre de 1879, con 52 años, de tuberculosis intestinal, casado en segundas nupcias con Ramona García López, de 22 años entonces, residiendo en la calle Carrera. En primeras nupcias estuvo casado con María Manuela Godoy Arza –que murió en 1875 y que posiblemente fuera abuela o tía de Tomás Godoy Arza, el padre de la novia-, de cuyo matrimonio tuvo una hija, Bárbara Presilla Godoy. Silverio era hijo de Francisco de la Presilla Bárcenas y Joaquina Pérez Angulo, ambos de Entrambasaguas, aldea del municipio del Valle del Mena, al norte de la provincia de Burgos [1], donde también había nacido él. De su matrimonio con Ramona García López no tuvo una hija, sino dos, Mercedes, que cuando murió (creo que entre 1892 y 1895)  debía tener en torno a 15 años, y Joaquina, que murió el 1 de junio de 1881, con dos años, estando ya casada su madre con Tomás Godoy Arza.

Ramona, la novia, tuvo varias hermanas y un único hermano, Manuel, que murió en un accidente en su molino de aceite, en diciembre de 1926. Aunque en las notas de prensa insertadas en la primera parte se indicaba que era alcalde de Canena cuando murió, este dato no es correcto. Había sido alcalde en años anteriores, entre 1920 y 1923, pero al proclamarse la Dictadura de Primo de Rivera, a finales de septiembre de 1923, fue destituido, al igual que el resto de miembros del Ayuntamiento, y cuando muere ya no es alcalde. Antes, siendo Alcalde, en la sesión del 15 de abril de 1922, manifestó a la Corporación que cedía a favor del Ayuntamiento en la forma más solemne y legal un solar que posee en la Calle Nueva de esta población con el fin de que en el mismo se construyan las escuelas que tiene concedidas el Estado para este vecindario, cuya cesión la hace gratuitamente y sin derecho a retribución de ninguna clase. Los señores presentes aceptan en nombre del Municipio  la cesión del mencionado solar, dando las gracias al Sr. Presidente por su generoso proceder en bien de la cultura del vecindario.

Seguidamente la Corporación conoció de la Real orden de treinta de Marzo último del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, concediendo a este pueblo la construcción por cuenta del Estado de dos Escuelas unitarias, una para niños y otra para niñas, cuya construcción tenía solicitada el Ayuntamiento acogiéndose a las disposiciones del Real Decreto de 20 de noviembre de 1920, y en su virtud, por unanimidad, acordó que con el objeto indicado se cedan a favor del Estado el que el Municipio posee en la calle Nueva de esta población y cuya extensión, linderos, situación y demás condiciones del mencionado predio constan en el expediente iniciado por tal motivo y que obra en el expresado Ministerio de Instrucción pública.

Por tanto, el solar donde se edificaron las que hoy llamamos Escuelas Viejas fue cedido gratuitamente por D. Manuel Godoy García en 1922, siendo Alcalde.

Otro dato que he podido concretar es la fecha en que la calle Baja pasa a denominarse calle Manuel Reyes. Esto ocurre en el pleno del Ayuntamiento de 30 de agosto de 1927, todavía en vida de D. Manuel Reyes Reyes -que murió en 1929-, a la par que se cambia el nombre de otras calles.



Acta de la sesión de 30 de agosto de 1927.


Acto seguido se dio cuenta de una instancia dirigida a esta Corporación municipal y suscrita por gran número de vecinos de esta villa, solicitando que se rotulen varias calles de la misma con los nombres de las personas que en dicha instancia se mencionan.

En dicha instancia, a la que se dio lectura íntegra, se solicita que a la calle Baja se dé el nombre de D. Manuel Reyes Reyes, Médico que fue de este pueblo, hijo del mismo, y a quien este vecindario admira y venera. Que al trozo de calle comprendido desde la confluencia de las calles Baja y Nueva, hasta el camino de la Estación se dé el nombre de Yanguas Messías. Que a la calle Nueva se dé el nombre de Primo de Rivera. Que a la porción de calle comprendida entre la casa de los Herederos de Miguel Herrera y la carretera, en la calle Baja, se denomine Glorieta del General Saro; y que a la calle Álvaro se dé el nombre de calle de Ramón y Cajal.

Todos los señores presentes muestran su conformidad con la propuesta que se hace y aun aducen nuevos argumentos a los expuestos en la instancia de referencia, reconociendo las circunstancias que concurren en cada uno de los señores referidos para que se acceda a lo solicitado; y por tanto se acuerda por unanimidad que cada una de las calles que en la misma se mencionan se den los nombres que se solicitan y que se comunique este acuerdo a cada uno de los señores referidos.

Por último, en la nota 3 de la primera parte se dice que Álvaro Lorite López era el padre de Adela y Francisco Ramón y no es así. Los padres eran Manuel Lorite Ponce y Carmen Serrano, vecinos de la calle Plazuela. Álvaro vivía en la calle Melindres y en 1892 estaba soltero.


LA CANENA DE LA ÉPOCA.



La boda de Juan y Ramona, celebrada en abril de 1917, tuvo lugar en un pueblo pequeño, que por entonces podría tener en torno a 1.900 habitantes [2], no muchos menos de los que tiene actualmente, pero con un casco urbano mucho más reducido.

A nivel internacional, 1917 fue un año marcado por la Primera Guerra Mundial, iniciada en 1914 y que acabará a finales de 1918. Tuvo lugar también la Revolución Rusa, que se inicia en febrero de 1917, cuya primera crisis de gobierno estalla el día 20 de abril, con la dimisión del Ministro de Exteriores y la formación del primer gabinete de coalición entre liberales y socialistas moderados, que se mantiene en el poder hasta la Revolución de Octubre, cuando es derrocado por los bolcheviques.

En España asistimos a los últimos años de la Restauración y del reinado de Alfonso XIII, con un creciente descontento social e intentos de reforma del sistema político, que conducen en el verano de ese año a la conocida como crisis de 1917, en la que confluyen un movimiento militar (las Juntas de Defensa), uno político (la Asamblea de Parlamentarios de Barcelona) y la huelga general revolucionaria que tiene lugar en agosto. Ello se traduce en inestabilidad política, que provoca hasta tres cambios en la Presidencia del Gobierno, el primero el 19 de abril de 1917, cuando se nombra como Presidente del Consejo de Ministros a Manuel García Prieto, Marqués de Alhucemas, sustituyendo en el cargo a Álvaro Figueroa y Torres, I Conde de Romanones.

En Andalucía, entre otros movimientos, está naciendo el regionalismo andaluz, encabezado por Blas Infante, cuyo germen es el Centro Andaluz, de Sevilla, al que se irán sumando los Centros Andaluces de otras ciudades y cuyo medio de difusión es la revista Andalucía [3], que comienza su andadura en junio de 1916 y a través de la cual se difunde el ideario andalucista, su programa, y se convoca la Asamblea de Ronda, que se celebró en enero de 1918.



Revista Andalucía de carácter mensual de fecha junio de 1916


EL AYUNTAMIENTO



En el ámbito local [4], la Corporación Municipal está integrada por nueve concejales, que se eligen por cuatro años, aunque se renuevan por mitad cada dos años. En 1917 forman la corporación municipal Miguel Herrera García, que es el alcalde, Cipriano Godoy Godoy, Manuel García Reyes, Miguel Arza Godoy, Lázaro López Godoy, Juan José García Barragán, Juan Ángel Rascón Trillo, Juan Ramón Reyes García y Trinidad Godoy Martínez. En sesión extraordinaria de 24 de marzo, toman posesión tres concejales interinos, nombrados por el Excmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia: Juan Antonio Godoy García, Ildefonso Reyes Reyes (menor), y Rufino Herrera Godoy, en sustitución de Lázaro López Godoy, Juan José García Barragán y Juan Ángel Rascón Trillo, que presentaron sus excusas y le fueron admitidas. El Secretario de la corporación es Pedro García Gámez.


Acta de 1-1-1916, de constitución del Ayuntamiento.


La Corporación Municipal celebra sus sesiones ordinarias con periodicidad semanal (para 1917 acuerda reunirse todos los domingos a las once de la mañana) y a través de sus actas podemos conocer algunos aspectos de cómo se vivía en Canena en aquellos años. Hay temas recurrentes, como los económicos, sobre el presupuesto municipal y los impuestos; las obras y reparaciones que se hacen en los edificios municipales (casa consistorial, escuelas, matadero…), caminos, fuentes, empedrado de calles; alistamiento de quintos; arrendamiento de pastos y espigas; elecciones; nombramiento de las comisiones permanentes de gobierno, Junta Municipal (dividida en cuatro secciones, según los tipos de contribuyentes por territorial e industrial y formada por concejales y contribuyentes en igual número) y  juntas municipales de subsistencia, instrucción pública, beneficencia y sanidad…  A continuación hago una breve reseña de algunos de los temas tratados en las sesiones de 1917.

Canena había sufrido un invierno muy lluvioso, que había provocado daños en varios edificios públicos, caminos…, y la paralización de los trabajos del campo y el consecuente estado de necesidad de los jornaleros, según se cita en las Actas de las sesiones de los Plenos del Ayuntamiento; así, las tapias del cementerio se habían derrumbado (en la sesión de la corporación municipal de 15 de enero se acuerda su reparación, tan pronto lo permita el estado del tiempo, y cuyo coste ascendió a 100 pesetas), el local de la escuela de niños se encontraba en mal estado debido al temporal de lluvias que se atraviesa (en la sesión de 12 de febrero se acuerda que sin pérdida de tiempo se proceda a ejecutar las obras de reparación, que costarán 100 pesetas), el bardal de la escuela de niñas se había hundido (en la sesión de 12 de marzo se aprueba su arreglo, cuyo importe ascendió a 57 pesetas). En la misma sesión en que renuncia D. Manuel Reyes y se nombra médico interino a su hijo Juan, la de 31 de marzo, por el señor presidente se manifestó a los señores reunidos que debido al largo temporal de lluvias pasado se habían producido considerables daños en el camino vecinal que conduce a la Alhambra, así como en el llamado de Linares y en el puentecillo del Arroyo de la Yedra que da paso al camino de Ibros, en este término, ocurrido en los días que ha durado dicho temporal; y abierta discusión acerca de la conveniencia y necesidad de adoptar medidas a aliviar la aflictiva situación en que por efectos de la consiguiente paralización de los trabajos del campo han quedado las familias de los jornaleros, después de ampliamente discutida la proposición de su presidente, se adoptaron los siguientes acuerdos.

           1.º Que por la Alcaldía se dirija atenta instancia al señor Presidente de la Diputación Provincial en suplica de que dicha corporación vote un crédito en favor de este Municipio con destino a cubrir las necesidades de que se trata, ya que son insuficientes para ello los recursos de que el Ayuntamiento puede disponer___

           2.º Que además se instruya el expediente que dispone la R.O. de 24 de febrero de 1860, para solicitar también del Gobierno la concesión de otro crédito para el propio fin, en razón a que la importancia de los daños hace preciso acudir del mismo modo a los fondos del presupuesto general del Estado.

Antes, en la sesión de 9 de enero, se constituyó la Junta Local de Subsistencias, formada por diez miembros, cinco designados entre los mayores contribuyentes del término (Rufino Godoy Godoy, Ildefonso Reyes Godoy, Francisco Godoy Reyes, Manuel Godoy García y Manuel Reyes Reyes) y cinco entre trabajadores vecinos del mismo (José Rascón Poyatos, Juan Molina Palomares, Juan Beltrán Megías, Gregorio Mora López y Agustín Megías Martínez). Éste último era el padre de Manuel Megías Ruiz, alcalde durante buena parte del periodo republicano y de la Guerra Civil y nombrado Hijo Predilecto de Canena hace unos años.

En la sesión de 12 de marzo se acordó abonar a Luis Gámez Martínez 15 pesetas, importe de varios partidas de cisco para los braseros de las dependencias municipales, y en esta misma sesión se aprobó la cuenta de los jornales invertidos en el arreglo del camino vecinal, trozo llamado Bahondillo, que importaba 98 pesetas. En la de 24 de marzo se designan los concejales para las cuatro comisiones permanentes que hay en el Ayuntamiento: la primera, de presupuestos, cuentas y subastas; la segunda, de instrucción pública, beneficencia y corrección; la tercera, de policía urbana y rural, abastos y mataderos; y la cuarta, de amillaramientos y repartimientos. En la de 14 de abril se acuerda que se anuncie al público el abasto de carnes de la población, cuyas subastas tendrán lugar invariablemente todos los días 10 y 25 de cada mes y con sujeción al respectivo reglamento vigente; se acuerda también abonar el importe por las palmas para la fiesta del Domingo de Ramos.

En la sesión de 28 de abril, la corporación aprobó la cuenta presentada de las reparaciones hechas en el local destinado provisionalmente a despacho de carnes frescas, con cargo al capítulo 1, artículo 4, del presupuesto de gastos vigente, cuya cuenta importa noventa y nueve pesetas y cincuenta céntimos. Este local no era otro que la planta baja de la casa consistorial, que se habilitó para ello por encontrarse en pésimas condiciones higiénicas el destinado a tal servicio; se había aprobado su reforma en junio de 1916, pero ese año solo se reformó ligeramente por no haber presupuesto suficiente, terminándose al año siguiente. En ese verano de 1916, el veterinario de Ibros, D. Francisco Valverde Valenzuela, tuvo que visitar al ganado de labor del pueblo, por haber sido atacado de enfermedad contagiosa, ya que en Canena el cargo de veterinario –se denominaba Inspector de Higiene y Sanidad Pecuaria- estaba vacante; lo solicitó en mayo de 1917 el que era veterinario de Rus, Gustavo Moreno, nombrándosele interinamente. Como consecuencia de esta obra en las casas consistoriales, en febrero de 1918 se aprueba la enajenación, mediante subasta, de la ventana que para abrir la puerta de la carnicería fue preciso arrancar, cuyo mueble no se necesitaba por no tener ninguna aplicación. Los maestros herrero, Pedro Martínez, y carpintero, Francisco Martos Hurtado, justiprecian el bien mueble, su hierro y madera, en cien pesetas. El día de la subasta se fija para el 9 de junio de 1918. Presidida la sesión por el Alcalde, D. Cipriano Godoy [5], solo se hace una proposición, por cien pesetas, de Alfonso Lorite Ruiz, y tras esperar una hora, se dio por terminada la subasta, adjudicando el mueble subastado a Don Alfonso Lorite Ruiz.

En la sesión de 18 de agosto, se conoció un expediente de pobreza incoado a instancia del padre de uno de los quintos, para acreditar su pobreza y la de su familia a los efectos de la Ley de Reclutamiento vigente, para la exención del servicio, y la corporación, después de examinado el expediente, lo aprobó.


LA POBLACIÓN. LA EPIDEMIA DE GRIPE DE 1918



Todo ello nos da una idea de la situación precaria en la que se vivía. Como hemos señalado, la población era de 1.900 habitantes aproximadamente, para un censo de viviendas que en 1910 era de en torno a 430, casi todas agrupadas en el casco urbano.

Desde el siglo XIX y durante las primeras décadas del siglo XX aumenta notablemente la población del pueblo y buena parte de la expansión urbana se produce por la edificación de viviendas en solares de titularidad municipal, que son cedidos a los vecinos que lo solicitan, las más de las veces gratuitamente y en otros casos previa tasación del terreno. Son solares que estaban situados en su mayor parte en las calles que entonces constituían las afueras del pueblo: por el norte la calle Castillo y la calle Remedios (incluido el tramo hoy calle Purificación Tirado) y por el oeste en la calle Tetuán y Eras.

Son años en los que la mayor parte de las preocupaciones del vecindario se centran en cuestiones de supervivencia, de subsistencia, como el abastecimiento de productos básicos, las plagas del campo, fundamentalmente la de la langosta, las enfermedades y epidemias, como el cólera, viruela, gripe. La mortalidad infantil es muy elevada [6]: de los 45 fallecidos en 1917, 15 (el 33 %) son menores de un año, y si a estos les sumamos los menores de diez años el porcentaje prácticamente llega al 50 %. En el extremo opuesto, los fallecidos mayores de 60 años son 16, el 35 %, mientras que entre los 10 y 60 años solo hay 7 fallecidos. En el año siguiente, 1918, España soportó su última gran epidemia, la de la gripe española [7], que también se dejó sentir en Canena,  que registró 82 muertos ese año, casi el doble que el año anterior, 30 de ellos desde primeros de noviembre a mitad de diciembre, periodo en el que la epidemia fue más virulenta. La Junta local de Sanidad, formada entre otros por el Alcalde, D. Cipriano Godoy Godoy, y el médico, D. Juan Reyes Godoy, celebró una sesión extraordinaria el 13 de octubre de 1918, al objeto de dar cumplimiento a la Real orden del Ministerio de la Gobernación de fecha 19 de Septiembre último sobre medidas de previsión para evitar la propagación de la epidemia reinante… los señores presentes, después de breve discusión sobre el asunto, acordaron lo siguiente____

Primero: Que por la Alcaldía presidencia se den las órdenes oportunas para que desde el día de hoy se prohíba en absoluto remover los estercoleros ni muladares.

Segundo: Que por la misma autoridad se den igualmente órdenes a los agentes municipales y guardas de campo a fin de que se vigile cuidadosamente la entrada en el casco de la población de mendigos, gitanos y gentes trashumantes poco higiénicas y que puedan ser vehículos de la epidemia, no permitiendo la entrada ni estancia en las inmediaciones del pueblo.

Tercero: Que se recomiende a todos los vecinos de este término procuren que en sus respectivas viviendas, tanto interior como exteriormente, haya el aseo y ventilación necesarias, secundando así las medidas adoptadas por este junta local de sanidad, y

Cuarto: Que en armonía con las recursos consignados en el presupuesto municipal para el caso de epidemias, se empleen y pongan en práctica las medidas higiénicas que aconsejen las circunstancias, de acuerdo con las indicaciones que para este caso deberá hacer a la Alcaldía el vocal de esta Junta, D. Juan Reyes Godoy, como Inspector municipal de sanidad.


Acta de la sesión extraordinaria de la Junta local de Sanidad de 13 de Octubre de 1918.


A pesar de estas medidas, Canena no se libró de la gripe y el propio alcalde, Cipriano Godoy Godoy, deja de asistir a las sesiones ordinarias del Ayuntamiento a partir del 17 de noviembre de ese año, al caer enfermo, no reincorporándose hasta tres meses después, en la sesión del 23 de febrero de 1919; en este periodo en que está ausente, preside las sesiones el primer teniente Alcalde, D. Manuel Godoy García, hermano de Ramona, la novia de nuestra boda de 1917, y en la sesión de 17 de noviembre de 1918, aparte de expresar todos los señores concejales su deseo de que cese pronto la causa que impide al Alcalde propietario poder desempeñar su cometido, seguidamente se dio cuenta a los reunidos por el Sr. Presidente de la grata nueva ya conocida de todos por las noticias de prensa, de que el día once del mes actual había sido firmado el armisticio por los representantes de los Ejércitos beligerantes de las naciones en guerra; habiendo con este fausto suceso terminado las hostilidades y considerándose ya definitivamente terminada la sangrienta guerra que durante cuatro años ha causado tantos estragos en Europa y llevado a las naciones neutrales como la nuestra la inquietud y angustias consiguientes a la gran carestía de la vida y escasez de recursos, como consecuencia lógica del gran desastre mundial que ha reinado durante dichos cuatro años. Todos los señores concejales presentes manifestaron la inmensa satisfacción que sentían por la terminación de la guerra y acordaron por unanimidad hacerlo así constar en el acta de la sesión y dar esta por terminada como demostración de todo lo expresado.

La alta mortandad relativa que se produjo en pocos días, a la que hay que añadir los enfermos afectados que no fallecieron, debió provocar una situación alarmante en la población. Por referencias orales, de personas que, aunque no vivieron los hechos, han conservado la memoria transmitida por sus mayores, hemos sabido que el entonces joven médico, D. Juan Reyes Godoy, junto con Santos Ortega -padre de María la de Santos- y Manuel García Higueras -padre de Paquito el de la tienda-, trasladaban a los fallecidos en bestias directamente desde sus casas al cementerio, sin pasar por la Parroquia y sin que se tocaran las campanas de la Iglesia. De alguna manera, esto lo hemos podido confirmar documentalmente contrastando las defunciones registradas en el correspondiente Libro del Archivo Parroquial con las del Registro Civil del Archivo municipal, constatando que en el primero no se registran todas las defunciones que sí aparecen en el Registro Civil. La alta mortandad hizo que el Ayuntamiento tuviera que pagar varios jornales para la apertura de sepulturas en el cementerio, y así se refleja en el acta de la sesión de 3 de diciembre de 1918: Seguidamente se acuerda se abonen a Antonio Fernández López la suma de treinta y siete pesetas, importe de los jornales invertidos en la apertura de sepulturas en el cementerio público con motivo de la epidemia de gripe, y con cargo al capítulo 6.º art.º 11 del presupuesto vigente de gastos.

A finales de 1918, cuando ya los efectos de la epidemia de gripe iban disminuyendo, el Padrón de habitantes [8] nos da los detalles la población de Canena. A efectos del Padrón,  el pueblo se organiza en dos distritos, el primero, la parte oeste, y el segundo, la oriental.


Portada del Padrón de habitantes de Canena de 1918 y relación de calles de cada Distrito.


    Canena tiene a 31 de diciembre de 1918, 527 vecinos  -cabezas de familia- y 2.094 habitantes, de los que 1.046 son hombres y 1.048 mujeres.






[1]          El Valle del Mena es un municipio que cuenta con más de 150 núcleos de población, entre los que se encuentran Entrambasguas y Orrentia, donde nacieron los primeros Presilla y Arza que se asentaron en Canena. El primero apellidado Presilla que viene a Canena, según los datos que hemos encontrado, es Ramón de la Presilla y Bárcenas (1786-1856), que fue administrador del Marqués de Camarasa, alcalde de Canena y tío de Silverio de la Presilla. Posiblemente Gregorio Arza Presilla -el primer Arza que vino a Canena del que tengo referencia- (1814-1876) fuera sobrino suyo, siendo también alcalde de Canena. 

[2]     Los censos de población de 1910 y 1920 dan el mismo dato como población de hecho: 1.899 habitantes. La población de derecho es superior, 2.053 en 1910 y 2.111 en 1920. Viven en el pueblo (población de hecho) menos habitantes de los que están censados, debido a que una parte de ellos pasan la mayor parte del año fuera, en cortijos de otros términos municipales próximos, y algunos también en Linares, ciudad minera, pujante en estos años.

[3]             Se publica con periodicidad mensual, primero en Sevilla,  desde 1916 a 1917, y después en Córdoba, desde 1918 a 1920.  Se puede consultar en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España:   http://hemerotecadigital.bne.es/results.vm?q=parent%3A0004480575&s=10&lang=es

[4]          La información que incluimos está obtenida fundamentalmente de los documentos del Archivo Municipal de Canena, de las Actas de los Plenos municipales y otra documentación que se irá citando en cada caso.

[5]     Cipriano Godoy había sido elegido alcalde a principios de 1918, sustituyendo a Miguel Herrera.

[6]     Como caso extremo, este en que en un periodo de tres años, de agosto de 1914 a septiembre de 1917, mueren tres hermanas, con 11 meses la primera (muerta el 22-8-1914), con un año  la segunda (muerta el 17-4-1916) y con 4 meses la tercera (muerta el 11-9-1917), las tres además bautizadas con el mismo nombre, Josefa, hijas de uno de los concejales.   Estos datos están tomados del Libro de Defunciones de la Parroquia.

[7]     Se originó en Estados Unidos, y se extendió por todo el mundo. Se llamó gripe española porque la epidemia recibió mayor atención de la prensa española que la del resto de Europa, inmersa en la Primera Guerra Mundial, donde la información sobre la enfermedad fue censurada.

[8]     Archivo Municipal de Canena. Caja 66, carpeta 7. Padrón de  habitantes  de 1918. 


Texto de José Luis Reyes Lorite

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